Hola nofinancieros,
Vamos con una lupa sobre el mercado inmobiliario y los Airbnbs. Airbenebé en español que siempre le da un toque.
Así que 3, 2, 1…
La historia rima, se parece o se repite. Vamos de boom en boom hasta la siguiente crisis.
Ya lo dijo John Davison Rockefeller “Cuando mi limpiabotas invierte en Bolsa yo lo vendo todo”.
Hace no mucho veía a gente escandalizada porque otra gente sigue utilizando esta frase. Alegan que es clasista, como si solo pudiesen invertir bien los ricos.
Es duro, muy duro sentir que no estás en lado ganador y que, quizás, los más listos te la estén pegando, por eso la reacción de tildar la frase de clasista.
La realidad es que el “limpiabotas” sigue más vigente que nunca.
El limpiabotas de ayer es cualquiera de hoy. Desde el barrendero al médico. Cualquier persona que hace dos días no invertía y ahora busca la IF o que su dinero trabaje para él.
En el 2008 todo el mundo compraba y vendía pisos. Algunos hasta los construían. Cuando el “limpiabotas” te comentaba que iba a invertir en vivienda, era el momento de empezar a preocuparse.
No ha sido distinto con las cryptos. Ahora es el turno del boom inmobiliario 2.0. Todo el mundo quiere comprar para montar airbnbs o similares, ya que hay ya varios modelos de alquiler: corto, medio y largo plazo, vacacional, para workers, etc.
El limpiabotas de turno es el último de la clase.
Hay quien tuvo suerte y se encontró con una propiedad heredada a la que ha podido sacarle un pastón. Lo han hecho y bien hecho está.
Otros han sido los más listos de la clase y enseguida vieron la oportunidad.
No solo basta con ver la oportunidad, hay que saber aprovecharla.
El resto llegan tarde. No solo hablo de “limpiabotas”, también de empresas inmobiliarias que han construido edificios enteros para alquiler vacacional de corta o media estancia. Luego, incluso lo revisten con otro nombre.
El mercado es así (amigos) y así debe seguir siendo. El dinero va dónde más rentabilidad obtiene y eso, suele ser en nuevos nichos dónde escasea la regulación y la competencia.
Hace tiempo que estas dos últimas, la regulación y la competencia, han aparecido en escena y cada día pisan más fuerte.
Falta una tercera. Las condiciones financieras aka tipos de interés.
COMPETENCIA
Ya es atroz, hasta el punto que invierte la ventaja inicial. Las subidas de precios, de comisiones, de cargos y de exigencias de propietarios de airbenebes, hacen que ya no sea tan diferencial respecto a elegir un hotel.
En lugar de tirar los precios para abajo, han ido para arriba.
Nada como un meme para explicarlo.
REGULACIÓN
Muchas ciudades llevan años poniendo trabas al alquiler vacacional. A eso hay que añadir las comunidades de vecinos (caso España, envidia y miedo → prohibición al canto).
Es verdad que muchas de esas ciudades eran referentes turísticos como Barcelona, pero el golpe de efecto ha llegado esta semana.
Nueva York prohíbe el Airbnb.
Siendo una de las ciudades más visitadas del mundo, creo que la gran manzana es la pieza de dominó que arrastra al resto. Porque “si lo hace NY, nosotros también”.
Podríamos decir que lo que el mercado te da, el mercado te quita.
La libertad de negocio, flexibilidad y demanda han sido el facilitador de este modelo de negocio que ha acabado saturado.
Una pena porque la experiencia airbnb, además de ahorrarnos pasta, molaba bastante. Te sentías muy local.
No desaparecerán y seguro que surgen nuevos modelos de alojamiento asequible.
Nada como un meme para explicarlo.
DEUDA Y TIPOS DE INTERÉS
A todo este panorama tenemos que sumar el panorama de tipos de interés y su impacto en toda la economía a través de créditos y préstamos.
Ok, no todo el mundo tiene préstamos para financiar sus airbnbs, pero haberlos haylos. Tanto a nivel retail como a nivel profesional.
Normal, los números pintaban espectaculares.
Ejemplo 1: En la pequeñísima urbanización donde veraneo a 30 km de Valencia, un airbnb disponible los 12 meses, genera unos 15 k netos. Si, netos, after comisiones y gastos.
Ejemplo 2: Un amigo metido en el sector inmobiliario de Cataluña, me comentaba de casos que a un piso normal en Barcelona le sacan entre 30k y 35k por año.
Bien hecho, pero….
El sentido común que no falte.
¿Tienen sentido? o mejor dicho, ¿son sostenibles en el tiempo?.
Si nos ponemos hielo en el cuello y tomamos distancia, creo que no. Al igual que no lo tenían los precios de pisos en 2007, ni otros tantos ejemplos que podríamos traer.
No olvidemos que en este panorama de contracción financiera, la gente tampoco se endeuda para viajar (si lo hace mucha gente) y los que no se endeudan, la subida de la hipoteca no les permite viajar. Más problemas en el corto plazo.
¿Tumbarán los airbnbs la economía? No lo creo, pero son una pieza más del dominó.
En fin. nada mejor que un meme de la película Big Short para explicar todo esto.
¡Un placer! ¡Hasta Mañana!
Mariano Angulo Solves
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Airbnb, el limpiabotas y la nueva burbuja inmobiliaria 2.0