Me refiero a los impuestos y al gobierno.
No, no me he vuelto loco.
Ya lo estaba.
Ahora te explico ese combo que te acaba de petar la cabeza → “disfrutar de los impuestos y del gobierno”.
Quizás, los más listos del lugar ya sepan por dónde voy.
Es una cuestión de edad o dicho en plan soft “experiencia de vida”.
Da igual, te guste o no, con el tiempo, la vida no es que te lo enseñe, es que te graba a fuego lo de disfrutar el momento.
Hasta el punto que con los años nos lleva a disfrutar cada vez más de menos cosas y más simples.
Ya sabes, de un día para otro, de un minuto a otro, algo ocurre y cambia todo a tu alrededor.
Como en los mercados.
Tranqui, el momento reflexión semiprofunda de post de instagram ya se ha acabado.
Sin embargo, te traigo tres ejemplos de por qué, mientras puedas, debes de disfrutar de los impuestos y del gobierno.
Ejemplo 1
La cuota de autónomos en España.
Había una vez una tarifa plana de 50€/mes durante dos años.
Ya está en 80€/mes durante 6 meses y luego se incrementa durante bloques semestrales hasta el sablazo actual que ha sido el de siempre.
La tarifa plana casi la han duplicado en pocos años, así a la chita callando, tipo inflación.
Todos los años están negociando mejores condiciones para autónomos y al final…
Río revuelto gana el Estado.
Pero oye que está genial, ¿de qué te quejas? recuerda hay que pagar la sanidad, la educación y los bancos del parque LGTB y los semáforos de género inclusivo.
Carpe diem de impuestos y gobierno.
Ejemplo 2
Me voy al país europeo más friendly con el entrepeneurship y las taxes.
Estonia.
Broncano se reía.
Yo, con su enchufe también me parto el culo de quien haga falta.
El tema con Estonia es que tenía 20% de impuesto de ingresos a individuos y empresas (nuestro irpf).
Ya lo han subido al 22% en este 2025 y el año que viene será otro 2% extra por motivos de defensa.
La estrategia, en realidad, es muy de startups:
Penetras el mercado y te expandes hundiendo precios.
Consolidada la expansión, empiezas a subir precios y a cobrar por cada extra que antes estaba incluido.
Ejemplos: Ryanair, Airbnb, Amazon, Ubers y Glovos…
Si esto lo hace Estonia, el resto mejor ni pensarlo.
Carpe diem de impuestos y gobierno.
Ejemplo 3
Este caso no es de impuestos ni es un caso que se esté dando actualmente.
Más bien es un posible escenario de futuro del que se pueden estar sentando las bases sin quererlo.
Musk está metiendo auditorías y controles en todo el gobierno americano.
El objetivo es eliminar el despilfarro y automatizar los procesos gobernamentales.
No dudo de Musk, un tio fiel a los principios de libertad individual y que no se pliega a nada.
Eso no quita que sin querer está implementando un nuevo sistema de gobernanza 2.0 que introduce un control total de cada euro en la administración.
Y aunque eso está muy bien y nos está flipando, la cara B podría ser la siguiente.
El legado de Musk es un sistema que los futuros burocrátas, políticos y chupópteros podrán utilizar contra el ciudadano.
Alegando el “nosotros ya estamos controlados y somos eficientes” ahora os toca a vosotros y con ello vigilancia total de la economía de cada individuo.
Estarán prohibidas las CBDCs (central bank digital currencies), pero eso no quiere decir que “ese modelo de control” no se vaya a implantar de una manera u otra, más tarde o más pronto.
¿Cuántas veces en la historia buenas acciones han acabado volviéndose en malvadas?
Repito, confio en Musk, pero no confio en los que vengan después.
Lo pillas, al final siempre va a peor.
La historia lo demuestra y eso no va a cambiar.
Así que, aunque cuesta digerir la idea...
Disfruta de estos impuestos y de estas leyes porque todo dice que en futuro serán peores y las de hoy las añoraremos.
¡Hasta mañana!
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Yo conocí la cuota de autónomos a 4.000 pts que cubría el seguro de vejez obligatorio y el autónomo tenia la libertad de contratar los seguros privados a su conveniencia.
En el 82, a la llegada de los nuevos mandamases , impusieron cuatriplicar la cuota a cambio de la estampita de poder ir a centros de salud y hospitales públicos.
En aquella época esto no se percibió como un aumento de derechos, sino como un sablazo tributario..