Tiktokización
Se abre el telón y se ve a un tío con una katana enseñando un piso a la venta.
La vivienda que enseña es una estándar en un barrio normal.
El video dura 30 segundos.
El video de tiktok, el reel de instagram o el short de youtube son el nuevo “se abre el telón”
Hemos pasado del Instagrameable al tiktokizable.
Al menos este último formato era más divertido y original.
Menos postureo que en Instagram, aunque, los vídeos ya empiezan a dar vegüenza ajena.
El objetivo ya no es entretener, sino viralizarse y ahí vale todo.
Hasta katanas para vender pisos.
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En el mundo startup existe el “elevator pitch”.
En castellano “discurso de ascensor”.
El concepto es el de un emprendedor que coincide en el ascensor con un inversor y tiene ese breve espacio de tiempo para contarle la idea de negocio y convencerlo.
Hoy todo es “elevator pitch”.
Tu eres el inversor.
El creador de contenido es el emprendedor y quiere tu tiempo que es como hablar de dinero.
Tiene 30 segundos para engancharte.
Lo peor es que tú, como inversor, tampoco quieres perder tiempo.
Te doy 30 sec y mi atención se pira.
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Para mi el problema es la mediocridad y falta de autenticiada a la que nos lleva esta globalización digital imparable.
Otro ejemplo son los logos de las compañías.
Mira que homogeneización. Son una tipografía, más que un logo.
Parece ser que una de las razones de esta simplificación extrema de los logos, son las notificaciones en dispositivos móviles de pantallas pequeñas.
En el smartwatch de turno los clásicos logos no se identifican bien, los nuevos si.
El precio es que igual no sabes si te ha notificado microsoft o google porque las letras son muy parecidas.
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La diferenciación empieza a estar por aparecer lo minimo en redes sociales.
Digo “lo mínimo” porque no aparecer es irreal y porque usándolas bien tienen cosas muy buenas.
Malos tiempos para lírica que decía Andrés Montes.
¡Hasta mañana!