Son las 19:31 del lunes.
A esta hora, la confusión reina en mis neuronas.
Es que hoy he escrito 6 newsletters y tengo el cerebro frito.
En el post it tengo estos tres topics:
Los deportes de los CEO en duda
La riqueza de los alemanes en duda.
La metodología de Llados en duda.
Intuyo que esta semana publicaré dos y que el tercero pasará a la semana 18.
Vamos con el comentario de este lunes eterno.
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En SpreadGreg tenemos dos newsletters y después de Semana Santa he decidido pivotar el enfoque de ambas.
El pivote me ha confirmado algo que intuía y que en esta newsletter también está sucediendo.
Si, de vez en cuando, no eres capaz de aguantar un par de mails de venta, puerta.
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Es flipante ver las métricas tras enviar un par de mails con el objetivo claro y directo de vender.
Unos cuantos suscriptores se borran de golpe. Ipsofacto.
Da la sensación de que les has ofendido por la rapidez en salirse de la newsletter.
A ver, que en realidad es mejor que se vayan, pero me sorprende por el echo de pensar “¿que hacían antes aquí?”, “¿qué esperaban, palomitas para todos?” o “¿De qué arbol se habrán caído?”.
…
El internet de lo gratis ha traído muchas cosas buenas, pero también confusión.
Nos ha hecho creer que esto era igual gratis que la sanidad y la educación pública.
Nos han hecho y nos lo hemos querido creer.
Nada es gratis, de una forma u otra lo pagas.
Reconozco que recibir cosas gratis no hace daño y alegra, pero tiene las patas cortas.
Se valora poco en el fondo. Tiene un efecto efímero.
Cada vez soy más partidario de pagar por todo porque me interesa por mi negocio y porque lo creo
Es como que el acuerdo no escrito es claro desde el principio y no se presta a confusión.
Es verdad que hay que veces que ni pagando quedan claros los términos, pero son malos servicios y malos productos.
Eso por ejemplo no pasa en el 3x1 (click para ver). Por el precio de un curso, te llevas otro más y un año en el club nofinancieros para que lo pruebes sin coste.